Entradas

Mostrando entradas de 2014

#35

Aún recuerdo, muy bien por cierto los adjetivos que más usabas; yo quería ser verbo, agua que cae por tu espalda, ser la taza donde reposan tus labios por las mañanas. Aún recuerdo,  muy bien por cierto tu arquitectura;  yo quería ser pasamanería,  hilo que no enhebra,  ser la sábana por la noche tu nombre bordado de día. Aún recuerdo,  muy bien por cierto tus pasos áureos; yo quería ser piedra, ser puente quieto y frío para verte salir y entrar para verte cruzarme el río. Aún me acuerdo,  y muy bien por cierto de olvidarme ser, sido y siendo que ni seremos mañana ni fuera ni dentro.        

Post dominical

Imagen
Pues eso no lo voy a negar. Me dio por hacerme enemigos. Eso sí, nunca había que buscar mucho, salían como setas. Intenté arreglar los traumas de otros, las cosas pendientes de otros. Quise, quijotesca, honrar mi sitio, ennoblecer mi lucha, marcar mi territorio y hacerme la lista. A veces llegaba lejos, mezclaba la buena voluntad con las paranoias y todo acababa mal. En fin, que me dio por hacerme enemigos. El otro día vi una foto y me quedé esperando un vuelco al corazón, pero no sentí nada y la verdad es que habría sido un buen argumento para echarme para atrás antes de que lleguen todas las cosas que tienen que llegar. No os preocupéis si no entendéis lo que digo, porque yo tampoco lo entiendo. Pero da igual. Esta vez voy a ver qué pasa. Descalza y a cámara lenta saltaré por encima de todas las fotos que he visto, de todos esos nombres que dejé entrar a la fiesta, de toda esa gente que nunca supe para qué estaba ahí. Me compraré unos zapatos nuevos para andarme las calles con o s

Inspiración. Expiración.

Hace tiempo que no escribo, que la desinspiración ya no me inspira. Hace tiempo que espero a que el azar mire para otro lado y te mande a pasear por mi calle, la única que se llena de hojas en agosto, y así tener algo de qué escribir, porque como digo, hace tiempo que no escribo. Y buscando en qué inspirarme, a quién utilizar, he pensado que quizá en el sur, entre abanicos de lunares y poetas becarios, podría encontrar a un astronauta valiente que no le de miedo presentarme a su madre y me cuente su vida en un par de horas. No lo sé, pero el caso es que es urgente porque ya no estás. ¿A qué le escribiré yo ahora? ¿a quién? Vuelve, por favor. Y llena el tintero otra vez de tinta, hazte una collar con mis frases, mírame con cara de sueño y échame de tu casa como sólo tú sabes hacer. Hazme creer que te persigo y de paso créetelo tú también. Y cuando hayas acabado te hago un mapa de vuelta. Gratis. Sin compromiso. Para que te vayas tranquilo y bien pagado. Llevo tiempo esperando a

Tristeza a las 11:19

Volver a casa adormece el cuerpo y las ganas, agrieta la carne, paraliza los huesos y los relojes. Saberte así, tan horizontal y sin bombear palabra, produce un dolor cierto, lo más cierto que he sentido en mi vida. Y no quiero caer en metáforas, porque es una pena real, tan real que da pena. Sabes que pienso en serio cuando me imagino volviendo otra vez; alquilar un piso cerca del de mamá, en nuestro antiguo barrio, visitarte tres veces por semana, arreglar las flores,  limpiar tu nombre en el mármol. Mirar por la ventana y contar los días que llevas sin llamar,  los meses que llevas sin venir, los años que llevas sin celebrar tu cumpleaños. Y así un día y luego otro, porque no hay ganas, Porque no hay tiempo para ellas tampoco.