Crevillent en Semana Santa
En el número trece, arriba, las ventanas estaban cerradas, de los balcones colgaban mantos, que anunciaban Semana Santa. Monaguillos portando velas, aburridos de seguir al muerto, cae la cera, pies descalzos, tambores rompiendo el silencio. Manolas sin Alhambra, con falda corta y largo manto, supongo que irían rezando, aunque alguna de ellas hablara. Por el número trece, arriba, cerca del ayuntamiento, pasaron Las Tres Marías y un coro de voces en negro, cantaban sin alegría... ¡Es noche de fe e incendio!