La inevitable consecuencia de partir nueces

Y un día me descubro pidiéndole a los de allá arriba...

- Venga va... Sois unos cuantos por ahí, estoy segura que entre todos podéis echarme un cable. Me habéis pasado unas cuantas herencias a mala fé; una nariz grande, unos pechos pequeños, un 40 de pie (yo en Japón sería considerada como un monstruo y me sacrificarían en la plaza del pueblo para diversión de niños y adultos), cierta tendencia a la confusión y atracción por lo revuelto y sobre todo, sobre todo, facilidad para ovular de dos en dos. Así que ya podéis poneros en serio a arreglar este desaguisado. ¡Mandarme señales claras, joder!

Y así fue. Me dieron dos tazas de señales. Por todos los lados y en todos los idiomas. Señales que me golpearon en toda la cara, que me hicieron daño y me dejaron con el culo al aire. Señales que me quemaron, que lo emborronaron todo aun más, que me llevaron a tocar fondo. Me había estado presionando, obligando y esforzando tanto por endulzar lo amargo que me olvidé de ser firme y razonable, sobre todo conmigo.

 

Los días pasaban y el revólver seguía girando en la mesa... Había que elegir, sí o sí. Ahora o ahora.

 

Hoy, desde la lejanía, desde el descanso que me da saber que "siempre se puede", me doy cuenta de que no importa perder la apuesta porque no es necesario (y la verdad es que nunca lo fué) tener actitudes heróicas, ni ser algo o alguien, ni hacer las cosas lo mejor que se pueda, ni saber con certeza lo que el otro siente por mí, ni gustarte, ni demostrarte, ni obedecer.

 

 Y esto relaja... Relaja mucho.

Saberme capaz de tomar aire, respirar hondo y mandar a la mierda lo que sea sin sentir un ápice de remordimiento. 

 

Dicho esto declaro en voz alta: "Dios (o El Universo, o la vida, o mis muertos o lo que sea en lo que yo crea) nos da nueces, ¡pero no nos las parte!". Si no hay acción, si no hay movimiento, si no me tiro a la piscina y a todas las que vengan hasta que encuentre la que más me gusta, si me quedo esperando a que todo venga de afuera... Dificilmente mi vida va a tener algún sentido.