Barcelona y tú

Los taxis, como avispas,
 zigzagueaban por Gran Vía,
 desde Gracia hasta tu calle,
desde La Rambla
hasta la mía.
 
 Barcelona,
¡perezosa!
despeinada todo el día
dejas los platos en la mesa
  tienes la ropa aún tendida.

Me aprendí tus calles en verano
me bebí tu vino
 me enamoré despacio
Corrí sincera a agradecerte
todo lo que me has dado.

¡Tanto tiempo para esto!
¡Tanto tiempo esperando!
¡No es verdad que por tí fuera!
Dejarlo todo
y seguir andando.

¡Qué ceguera!
¿Recuerdas?
Todo esto lo vengo hablando,
desde hace trece años
y desde diciembre
algunas veces
 de vez en cuando... 

 
 


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