La importancia de saber lo que quieres (o no)

El cartel rezaba: "Pulseras de la suerte 1 euro". ¿Cómo dejar escapar aquella oportunidad? ¿Cómo no dejarle a aquellas pulseras todo el peso de tu futura buena suerte?

-"Póntela en la muñeca izquierda y pide tres deseos."

- "Wow! ¿Tres deseos? - le dije -  ¿Tantos? Yo no sé si quiero pedir tantas cosas! Tendré que pararme a pensar qué quiero" (Ummmm... Pararme a pensar qué quiero... Qué gran reflexión para haber dormido tan poco).

Y así fué. Nos llevó un buen rato decidir qué tres deseos queríamos pedir. La gente pasaba por nuestro lado, familias con niños, estudiantes de erasmus, gitanas que ven el futuro.. Pero el autocontrol era importante. "Piensa Helena... Vamos..." Me lo tomé muy en serio y sentí realmente que aquella pulsera podía hacer por mí lo que yo misma no sé/ no quiero/ no puedo hacer.

-"Quiero ser feliz!! Ya eres feliz, gilipollas... Ah, sí... Es verdad... Entonces otra cosa, algo más concreto y así el Universo y mi pulsera de 1 euro podrán reajustar el mundo entero para mí."

Por unos minutos me sentí Aladino. Estabamos en una plaza de Granada, habíamos tomado té y comido dulces árabes y tenía una lámpara maravillosa entre mis manos en forma de pulsera preparada para concederme tres deseos.

De repente me quedé sola. Todo los relojes del mundo se pararon. Cogí aire, levanté la cabeza, miré al cielo y dije: "Vale... quiero c... y también g... y que m..." y me puse la pulsera en la muñeca izquierda.




 
...Es una pena que yo cambie de opinión tan rápido

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