... Volaron por toda la habitación

Pasé unos días muy enfadada. Bajaba por el Carrer de Bailén con paso firme, realmente firme, casi militariano, el eyeliner bien marcado y los labios pintados de rojo, pero no cualquier rojo, no, exactamente el número 522 Insolence de Rouge de Guerlain, que era el único que mejor expresaba mi derrota. Derrota que llevé con cierta dignidad para ser una reincidente con muy pocas luces y no saber interpretar "esos silencios" tan raros y tan largos.

En mi mp3 sonaba una y otra vez "Mil pedazos" de la Rosenvinge y de vez en cuando se colaba "Slackerbitch" de Placebo para recordarme aquello de: "Slackerbitch, faghag, whore, always knocking on my door". Y me acordé de la escena...

Estoy sentada. Saco toda la empatía de la que dispongo y la que me falta la pinto, la pongo en bandeja y grito: "¡Estoy lista!" Y encajo el primer derechazo. Vale. Sigo en pie. No recordaba lo bien que se defienden algunas personas aun sin haber peligro.
Segundo golpe. Pues lo mismo hay que ir pensando en irse. Esto lo dijo mi lado más práctico y sensato, pero a mí me enseñaron aquello de.. "¡Abandonar núnca! ¡Rendirse jamás!" y un montón de estupideces más, así que me quedé para recibir un tercer golpe que me supo a resentimiento. Nah... intuición femenina...
Hacía falta más empatía, estaba claro. Yo intentaba comprender todo aquel aluvión de hostias que me estaba cayendo y que al parecer tenía que recibir como castigo para ser perdonada, o humillada, depende de cómo se mire.. Y como tengo el título de sumisa del año, pues todos contentos, sin embargo las hostias tenían que haber sido mutuas, por aquello del equilibrio y porque probablemente también te las merezcas.
Me desabrocho un botón del cuello de la camisa porque esto va para largo y empieza a haber poco oxígeno en la habitación. Podría haber más si dejaras de malgastarlo hablando de todo lo que te he hecho en los últimos años y me trajeras un poco de azúcar para poder beberme esta tila que me está dejando un regusto amargo, pero no parece que eso vaya a ocurrir

Tengo otra arma secreta para seguir arrastrándome aun más; la paciencia. Pero de repente: "Slackerbitch, faghag, whore, always comes back for more!".

Arrrgggg! Me levanto de un salto. Esto se pone feo. Me entró un terrible pánico solo de pensar que esta podría ser mi canción. Pero tengo que decirlo.. HABLA DE MÍ. Qué espanto. No puedo parar. Mírame, llamándo a tu puerta una y otra vez suplicando penitencia y tratando de convencerte/me de que soy una tía guay a pesar de aparecer reptando por tu casa.

Y es que parece ser que la guerra hace mucho que terminó y no me había dado cuenta de que llevaba tanto tiempo hablando sola. Dudé, lo reconozco, pero pensé que tal vez era el momento de retirarse del campo de batalla antes de que el concepto "perder la dignidad" conociera un nuevo récord.
No pasa nada. Soy de esas personas que necesita mucho tiempo para descifrar un mensaje tan claro y evidente como por ejemplo, la cantidad indecente de grillos que cantaban cada vez que te invitaba a tomar café.
 
 
 
Nota: (Todo esto es producto de mi imaginación. Si tiene algún parecido con la realidad es pura coincidencia.)



 













Comentarios

Maikit ha dicho que…
Totalmente de acuerdo con tus razonamientos, y sublime tu forma de expresarlos, pero si soy mudo reviento: Casi al final del texto escribes: "habemos" gente lenta que necesitamos claras señales como, por ejemplo...
Pienso que deberias sustituir la palabra "habemos", por "hay" o por "somos". Perdón por añadir una hostia mas a las que relatas en tu texto..
H ha dicho que…
Tranquilo, ya lo he cambiado. No soportaría vivir sabiendo que te has arrancado las retinas por mi culpa. Gracias por la hostia, te debo una!
Yol@nda ha dicho que…
Guauuu!!!!
No sé si me gustas más recibiendo hostias que dándolas.
Sublime tu respuesta!!

Entradas populares de este blog

Madre

Vengo a echarte de menos y me voy

Solsticios y vacíos