Malditas trincheras

"Una de las maneras más comunes y efectivas que tiene el ser humano para sabotear su propia felicidad, es buscar la más mínima imperfección hasta en los escenarios más hermosos." A mí se me da bien. ¡Qué digo bien! se me da de perlas, de maravilla, fenomenal, una destreza bien pulida y trabajada, se notan los años de experiencia.
Cuando me dejo el burladero abierto y sale el ego embistiendo ya puedo hacer quiebros, que un par de revolcones siempre me llevo. Y me echo a llorar un rato o unos días, depende del tamaño del cuerno, de si alcanza a tocarme el alma o no.
 
Claro, recién licenciada en desapego, me confío y resulta que esto va a brotes, que de repente se me caen los muros de contención, bajo la guardia y me quedo en pelotas a la vista de todo el mundo. Y mira tú por donde me reconozco pretenciosa, insegura y celosa y me culpo por ello. Me odio por ello.

Me pregunto qué tengo yo para ofrecerte, ¿un par de noches? ¿un café? ¿un monólogo que te haga bostezar? Como con miedo, a veces me quedo callada, acurrucada y sin moverme, porque es mucho mejor escuchar el latido de tu corazón que escucharme a mí misma. Y los voy contando. Todos. A ver si así me quedo dormida. A ver si así se me olvida que me dejé la puerta del burladero, otra vez, abierta.

 








 
 
 
 
 
 
 
 

Comentarios

Yol@nda ha dicho que…
las dos orejas!!! y el rabo!!!!

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